Ejercicios de heterografía.
Hay un argumento irrefutable -¿Tú me has entendido, verdad?- que se suele esgrimir para no respetar la ortografía. El receptor comprende lo que le digo: el error formal –ambre/hambre- no tiene consecuencias en el contenido. Irreprochable; razonable.
Bayadolid. Podía haber sido peor: Bayadoliz.
Miguel de Lives, Cervantes o Vecquer son genialidades. Lástima que en al aula nos limitemos a enmendarlas con boli rojo tachándolas de barbaridades.
¿Vivir es con v, profe? También se puede –suelo decirles- vibir, incluso vivir, pero no es lo mismo. Bibir es durísimo; un sinvivir –suspiro.
Se escribe Valladolid. El otro –la otra- Bayadoliz es una hermosa ciudad costera.
¿Nieve es con v, profe? Hay una niebe –bromeo- con b pero no tiene nada que ver. Cae del cielo sin convencimiento y no llega a cuajar. Es una nieve-bendita Mafalda- de mondondanga. Suele nebar poco y mal en Mallo o a finales de Avril.
¿Nabidad es con b, profe? Hombre, la de verdad es con v. Es Nabidad cuando la Nochevuena te pilla con gripe o viene el cuñado a cenar a casa.
No sé cómo lo recordáis vosotros pero para mí cometer una falta ortográfica grave era casi un delito, una confusión de b/v o una omisión de h te convertían en un convicto, un tipo peligroso. Nada que ver con la permisividad con que se tolera en la sociedad y –peor aún- en las aulas.
Este blog es una propuesta para hacer del vicio una virtud, de tripas corazón y, encima, para disfrutar con ello. No saben mis alumnos cuánto agradezco sus propuestas.